En un tazón poco profundo, combine la harina, la sal y la pimienta. En otro tazón, bata los huevos batidos, el azúcar y el queso parmesano hasta que la mezcla esté bien mezclada y el azúcar se haya disuelto.
A fuego medio, agregue la aceituna y caliente hasta que el aceite brille. Sumerja las pechugas de pollo en la mezcla de harina, luego en la mezcla de huevo y colóquelas suavemente en la sartén. Fríe las pechugas de pollo hasta que estén doradas y ya no estén rosadas en el medio, aproximadamente 6 minutos por cada lado. Retire de la sartén y reserve.
En la misma sartén a fuego medio-bajo, derrita la mantequilla y agregue el ajo, el jerez, el jugo de limón y el caldo de pollo. Lleve la salsa a fuego lento y revuelva hasta que quede suave unos 5 minutos. Asegúrese de disolver cualquier pedacito de sabor marrón del fondo de la sartén mientras revuelve. Regrese las pechugas de pollo a la salsa y cocine a fuego lento hasta que ya no esté rosado en el centro, aproximadamente 15 minutos.
Para servir, coloque una pechuga de pollo en un plato, cubra con la salsa y decore con perejil picado.
Sirva con zanahorias asadas y papas asadas.