Precaliente el horno a 450°F.
Seque el pollo con toallas de papel.
En un tazón pequeño, combine la sal, el comino, el chile en polvo, el pimentón ahumado, el ajo en polvo y la pimienta de cayena (opcional). Revuelva para combinar bien y sazone el pollo con el aliño por ambos lados.
Coloque el pollo en una fuente para horno resistente al horno o en una sartén resistente al horno (haciendo de esto una sola olla). Ase el pollo en el horno durante 40 minutos o hasta que la temperatura interna alcance los 160 grados F.
Hervir los palitos de zanahoria en agua con sal durante unos 10 minutos o hasta que estén tiernos. Escurrir y reservar.
En un tazón pequeño, combine la miel, el vinagre de sidra y el jengibre fresco picado.
Después de los 40 minutos, retire el pollo del horno y cepille con la mitad de la mezcla de miel y jengibre y vuelva al horno. Suba la temperatura a 475 grados F y ase hasta que la piel comience a crujir, aproximadamente 5 minutos. Observe el pollo, ya que podría dorarse más rápido o tomar un poco más de tiempo dependiendo de su horno.
Retire el pollo de la sartén, colóquelo en un plato para servir y cubra. Si usa una sartén resistente al horno, colóquela encima de la estufa. De lo contrario, transfiera todos los jugos de la sartén de la asadera a una sartén para terminar con las zanahorias.
Agregue las zanahorias cocidas a la sartén y agregue el glaseado de miel y jengibre restante. Revuelva para combinar a fuego medio hasta que las zanahorias estén glaseadas.
Sirva el pollo con las zanahorias glaseadas y cepille los jugos del pollo encima.